miércoles, 24 de febrero de 2010

La dura vida del maestro interino: capítulo segundo, el trabajo en el cole.


Aquí estamos de nuevo para seguir narrando la dura vida del maestro interino, ése gran desconocido.

En la primera edición de esta serie traté de resumir a "groso modo" los inicios del maestro interino, y algunas de las vivencias más comunes. A partir de ahora, nos centraremos en aspectos más concretos. Hoy hablaremos del trabajo en sí y de lo que supone "cambiar de curro" cada 15 días. Empecemos.
Llega el primer día en el cole. Dentro de ti, un gran cúmulo de sensaciones: nervios, curiosidad, miedos, ganas de empezar, deseos... Llegas en mitad de un curso y por supuesto, no conoces a nadie. La bienvenida es buena, de hecho, incluso hasta te aplauden cuando te ven, porque en realidad están cansados de cubrir las horas del maestro de baja. Por fin! Ya era hora! Algunos te saludan efusivamente, y te preguntan "¿de dónde eres?" a lo que tu contestas "de valencia", y la reacción es "ay pobrecita, que lejos te han mandado". Y tu piensas, me lo dices o me lo cuentas? Pero en fin, al menos se solidarizan. Te preguntan cómo has venido, si te ha costado encontrar el cole, si has trabajado antes, dónde vas a vivir... Les das pena, sinceramente, pero ninguno te ofrece su casa porque al fin y al cabo eres una desconocida. Bueno, éstos son los que te prestan atención, luego están los que ni te saludan, supongo que saben lo poco que vas a estar con ellos y piensa, total, "pa' qué", si dentro de 4 días se va a "pirar". Éstos son los que no llegas ni a aprenderte el nombre, los que se piensan que eres de prácticas o del servicio de comedor.

En fin, vayamos al grano. Te comentan el horario y la clase que te ha tocado, y cuando no llevas ni una hora en el centro, ya estás dentro del aula. Te presentas y te pones al día como puedes, ayudándote del espavilado de la clase, pero hay muchas cosas que no sabes, y que deberías saber antes de situarte delante de los niños. Cosas como por ejemplo: las normas del colegio, si algún niño tiene problemas familiares, médicos o de cualquier tipo... en fin, un poquito de información por favor! Por poner un ejemplo, en una ocasión no me informaron de los problemas de incontinencia de un niño de 5º (11 años). El niño me pide ir al servicio y le digo que no. A los 10 minutos me lo vuelve a pedir, y vista su insistencia accedo. Al momento me entero que al pobre no le ha dado tiempo a llegar al aseo, "se lo ha hecho encima". Y claro, es que resulta que el niño tenía problemas de incontinencia. "Se nos olvidó decírtelo". Pero cómo puede ser???
Pero esque esto no es culpa de los maestros, de mis compañeros, porque al fin y al cabo hacen lo que pueden, van siempre con el tiempo en contra, y cuando llega el esperado sustituto se quitan un peso de encima y continúan con el resto de problemas. Es, evidentemente, culpa del sistema, de un sistema que arrastra defectos por todas partes.

Poco a poco te vas adaptando, vas conociendo a los niños, el funcionamiento del colegio... vamos, que estás agusto. Pero, claro, todo lo bueno se acaba, y la sustitución también. Así que, justo ahora cuando empezabas a sentirte integrado, es cuando debes mancharte, partir hacia un nuevo destino. Y volvemos a empezar.

Si no hay cercano ningún periodo vacacional, en unos días estarás en otro cole, y con un poco de suerte tu siguiente destino está a menos de 100 km del anterior, y es posible que puedas mantener tu lugar de residencia, si es que lo tenías. Llegas al nuevo cole y se producen exactamente las mismas situaciones ya descritas. Algunos pensarán, bueno, así ya sabes lo que te espera. Pero la sensación en realidad es como la del protagonista de la famosa película "El día de la marmota".

Y ante todo esto, ¿con qué te quedas?, pues te quedas con lo que te aportan los niños y esperas el día en el que al menos puedas tener un destino anual, que te proporcione una estabilidad, no sólo a nivel económico, sino también a nivel laboral y personal.

Y por no extenderme más, vamos a dejarlo aquí. Pero tranquilos, que en el próximo capítulo continuaremos, en concreto hablaremos de la vida del maestro interino fuera del colegio. NO os lo perdáis, no tiene desperdicio.

sábado, 13 de febrero de 2010

Para alguien especial


Dicen que el día de San Valentín es un día para el amor, y normalmente cuando hablamos de amor pensamos en el amor en pareja. Pero, ¿es que acaso es el único amor que existe? El amor de la pareja es muy importante, claro está, desde mi punto de vista es fundamental, porque nos hace crecer como personas. Pero el amor puede ser muchas más cosas, y se puede manifestar de maneras diversas.
¿Qué hay del amor a la familia y a los amigos? incluso del amor a las cosas, a las aficiones, a los hobbies. Pero de todos ellos, hay uno especialmente fuerte en la vida de la mayoría de las personas, un amor que nunca falla, el amor de una madre. Porque se puede querer de muchas maneras, pero las madres quieren de una forma especial, diferente. Lo dan todo, lo sacrifican todo, anteponeniendo tu felicidad a la suya. Siempre están ahí para nosotros, y a veces me pregunto si nosotros también estamos ahí para ellas, cuando nos necesitan. Porque a veces nos olvidamos que son personas, e igual que nosotros, también necesitan nuestro apoyo, ayuda, comprensión, cariño. Desde aquí quiero dar las gracias a todas las madres por ser como son, y en especial a la mía, por estar ahí siempre que la necesito.
Feliz San Valentín.

lunes, 1 de febrero de 2010

La dura vida del maestro interino: capítulo primero


Qué bien que viven los maestros!! cuántas veces habremos oído esa frase... muchas, pero todavía no he oído a nadie que diga: qué bien viven los interinos!! Y en este caso, para los que no sepan de qué estoy hablando cuando digo "interino", simplemente voy a reflejar cómo se dice en italiano esta curiosa palabra: "precario", y no podían haber inventado una palabra mejor, porque define exactamente la situación del maestro interino, precaria.

La vida como interino comienza cuando recibes la bonita llamada de Conselleria que tanto tiempo llevas esperando, y cuando digo tanto, es mucho, muchísimo. Muchos días mirando el ordenador, pendiente del número de personas que tienes delante, confiando en que los brotes de gripe se extiendan por los centros escolares y los funcionarios se cojan la baja. Pero finalmente llega ese día, el día de la llamada (aunque a día de hoy ya no se molestan ni en llamar, ahora o lo consultas por internet o ajo y agua!). Pero bien, sigamos con lo de llamada, que tiene más emoción. Te llaman y te dicen que has sido convocada para cubrir una baja (no se sabe de cuanto tiempo) y que tienes que presentarte en dicho lugar en 24 horas, incluso pudiendo estar ese lugar a 200 km de tu residencia habitual. Entonces, tu haces la maleta y te vas. Sí, te vas, dejas todo lo que estabas haciendo: trabajo, estudios, gimnasio, amigos..., porque obviamente no puedes dejar pasar la oportunidad de empezar a ganar los ansiados puntos, así que comienza la aventura. Miras en Internet tu pueblo de acogida, y emprendes el viaje.

Llegas al cole y preguntas cuánto tiempo estará la persona de baja y te dicen que no lo saben, pero más o menos unos 15 días. Y tu dices, ¿y dónde voy a vivir estos 15 días? El cole está demasiado lejos para ir y venir todos los días; nadie te alquila un piso para 15 días, y a mitad de curso nadie dispone de habitaciones libres en pisos compartidos, ¿qué te queda? la pensión, y digo pensión porque no no te puedes permitir un hotel, entre otras cosas porque no sabes cuánto ni cuándo vas a cobrar. Y ahí vas tu a la pensión a pasar tus 15 días, y cuando estás en el decimocatorce, te dicen que la baja se prolonga 15 días más, y tu piensas, pues lo podían haber dicho antes, porque así hubiera alquilado algo por un mes...

En fin, pasado el mes la persona que sustituías se da de alta y tu vuelves a la bolsa, pero... sorpresa! se acercan las vacaciones de pascua y las arcas de Conselleria no están como para pagar vacaciones a interinos, así que estás sin trabajo más o menos 1 mes, y vuelta a empezar, aunque es todo un detalle que vuelvan a llamarte de la provincia en la que ya has trabajado, así, como ya te conoces la carretera, pues todo es más fácil.
Si tienes suerte y te llaman antes de que termine el curso, puedes considerarte afortunado. Aunque siempre están los que te dicen: "hombre, así tienes tiempo para estudiar las oposiciones!", pero una ya tiene sus gastos y el dinerito es el dinerito, además de los puntos, claro, porque sin ellos presentarse a una oposición no es otra cosa que perder el tiempo, y hablo por experiencia, pero del mundo del opositor hablaré en otro momento.

Y hasta aquí hemos llegado por hoy. Con estas palabras he intentado describir los duros inicios del maestro interino, pero tengo mucho más para contaros, muchos más capítulos que harán que más de uno se lo piense dos veces antes de decir la famosa frase: !qué bien que viven los maestros!

Dedicado a todos los maestros interinos