jueves, 22 de julio de 2010

Roma, ciudad de ensueño

Ciudad de ensueño, de película, museo al aire libre, cuna de toda una civilización, historia en vivo. Todo eso y mucho más es Roma. Podría escribir líneas y líneas sobre esta preciosa ciudad, pero no serían suficientes para comprenderla, para sentirla. Porque pasear por sus calles es visitar un museo, vivir la historia desde su propio escenario, sentirse protagonista de una película...

Las vistas desde la cúpula de la Basilica di San Pietro son simplemente impresionantes, una ciudad a tus pies, el río Tevere, sus puentes, sus calles adoquinadas llenas de encanto, las cientos y cientos de iglesias, los vendedores ambulantes, los cremosos helados.

No sólo es un museo por fuera, también lo es por dentro, por la gran cantidad de obras de arte contenidas en muchos de sus edificios. Como no nombrar la famosa Pietà de Miguel Ángel o la Capilla Sixtina (sin palabras para describir lo que se siente contemplando tal maravilla). Y así así muchísimas obras de arte recogidas en sus calles, edificios, iglesias, museos.

Pero si no eres un gran amarte del arte, no te preocupes, porque podrás disfrutar de Roma de otras mil maneras diferentes. Por ejemplo a través de la historia, visitando el Coliseo y el Foro, cerrando los ojos imaginando las peleas de gladiadores, los emperadores, la gloria del imperio.

Otra cosa que no puedes dejar de hacer en Roma es comer un delicioso helado, porque no los probarás iguales, pero eso sí, no tardes mucho en comértelo, porque su cremosidad y el calor sofocante pueden jugarte una mala pasada, sobretodo si vas vestido de blanco! Si vas en verano, prepárate para el calor: ropa fresca, calzado cómodo y botella de agua grande y vacía. Sí, vacía. Porque Roma está plagada de fuentes donde puedes rellenar tu botella con agua fresquita. Prueba su "pizza al taglio" y su pasta casera en un buen "Ristorante", porque un pequeño esfuerzo económico te puede permitir descubrir lo que es la pasta de verdad. Y de postre, como no, tiramisú.

Y como he comentado al principio, no vale la pena seguir escribiendo, pues sería tratar de describir algo que tienes que vivir por ti mismo, y cuando lo hagas verás lo difícil que es de contar.